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Fisioterapia respiratoria para bebés y niños con parálisis cerebral

Fisioterapia respiratoria para bebés y niños con parálisis cerebral
Cuerpo

Sergi Nogués, Fisioterapeuta pediátrico, CEE “Les girafes blaves” de Nexe Fundació

 

La Parálisis Cerebral Infantil (PCI) describe un grupo de trastornos permanentes del desarrollo del movimiento y de la postura, que causan limitaciones en la actividad y que son atribuidos a alteraciones no progresivas ocurridas durante el desarrollo cerebral del feto o del lactante.

 

Los trastornos motores de la parálisis cerebral infantil a menudo están acompañados por alteraciones de la sensación, percepción, cognición, comunicación, conducta, epilepsia, problemas musculo-esqueléticos y por problemas respiratorios que afectan la salud del/la niño/a. Esto último hace que muchos niños y niñas con parálisis cerebral requieran de fisioterapia respiratoria para mejorar su calidad de vida y prevenir infecciones recurrentes.

 

¿Qué es la fisioterapia respiratoria?

La fisioterapia respiratoria (FTR) es una rama de la fisioterapia dedicada a la prevención, tratamiento y estabilización de las disfunciones o alteraciones respiratorias, con el fin de tratar los procesos respiratorios de cualquier población mediante un conjunto de técnicas, procedimientos de valoración y diagnóstico funcional del sistema respiratorio.

 

Los objetivos de la fisioterapia respiratoria en niños/as con parálisis cerebral son los siguientes:

 

  • Evaluar la función respiratoria.
     
  • Mantener o mejorar la ventilación pulmonar y el intercambio de gases.
     
  • Desobstruir las vías aéreas.
     
  • Mantener o mejorar la función de los músculos respiratorios.
     
  • Mejorar la tolerancia al ejercicio y la readaptación al esfuerzo.
     
  • Mejorar la calidad de vida relacionada con la salud.
     
  • Mejorar el estado de ánimo del/la niño/a (menos irritabilidad, mejor descanso y aumento del apetito, entre otros).
     
  • Prevenir o minimizar los problemas respiratorios en esta población.
     
  • Favorecer la reeducación respiratoria.

 

¿Cuáles son las causas de los problemas respiratorios en los niños/as con parálisis cerebral?

Al ser niños/as, una de las causas de sus problemas respiratorios son el grupo de enfermedades respiratorias pediátricas de origen vírico o bacteriano (constipados comunes, bronquiolitis, bronquitis, neumonía, etc.).

 

Hay otras causas más específicas de la parálisis cerebral infantil que provocan problemas respiratorios y que tienen una relación directa con los trastornos que la propia PCI genera:

 

Trastornos de la deglución (disfagia) y reflujo gastroesofágico con disfagia:

Los problemas respiratorios se producen porque en el pulmón entra comida o líquido, ya sea porque hay un trastorno deglutorio (al tragar la comida o el líquido, no va al estómago en su totalidad y, por lo tanto, una parte del contenido, o todo, en función de cada caso, se filtra al pulmón), o porque el reflujo gastroesofágico también genera esta disfagia. La presencia de contenido alimentario y digestivo en el pulmón provoca infecciones pulmonares recurrentes, causando bronquitis o neumonías, entre otras patologías. También el exceso de babeo produce problemas respiratorios, ya que en muchas ocasiones esta saliva se desplaza hacia la laringe y, de allí, a la tráquea y no al estómago (otro ejemplo de disfagia).

 

La desnutrición:

La desnutrición se asocia a los trastornos alimentarios de causa motora, entre otras causas. Genera debilidad muscular y neumonías de repetición, entre otras consecuencias, por la presencia continuada de secreciones en vía aérea debido a la debilidad muscular, y por fragilidad inmunitaria.

 

Debilidad muscular:

El trastorno motor asociado a la PCI se puede caracterizar por una debilidad muscular general, incluida la musculatura implicada en la respiración. Esta debilidad implica mover menos cantidad de aire en cada inspiración-espiración, por lo que la vía aérea está menos ventilada. Además, esta debilidad tiene una consecuencia directa en la tos, ya que para toser de forma eficaz es necesario tener la musculatura abdominal, entre otros grupos musculares, en perfecto estado. Una tos débil implica una menor evacuación de los mocos de la vía aérea y, por lo tanto, tiene tendencia a estar obstruida.

 

Deformidades de la columna vertebral:

Escoliosis, la más habitual, aunque puede ir acompañada de hipercifosis, u otras. Dicha deformidad acaba comprimiendo el pulmón disminuyendo su capacidad de expansión y ventilación.

 

Clasificación de la patología respiratoria en la PCI: Obstrucción-Restricción

Los niños con parálisis cerebral infantil pueden padecer patología respiratoria obstructiva (PRO) y/o restrictiva (PRR). La PRO se caracteriza por una obstrucción de la luz bronquial, que es por donde circula el aire una vez se ha inhalado por la nariz y entra a la tráquea hacia los pulmones y alvéolos.

 

La obstrucción se puede producir por presencia de mocos y/o por la inflamación de la pared bronquial, entre otros motivos. La PRR se caracteriza por una dificultad en la expansión de la caja torácica, y de los pulmones, por debilidad muscular o por deformidades músculo-esquelético que impiden el movimiento torácico.

 

Técnicas de fisioterapia respiratoria para niños/as con parálisis cerebral

La primera intervención de fisioterapia respiratoria, que no es una técnica en sí, es el correcto posicionamiento en aquellos/as niños/as que tienen dificultades para mantener la sedestación (estar sentado) o la bipedestación (estar de pie). Una buena sedestación y bipedestación con un producto de apoyo adecuado, que controle bien la cabeza-cuello, puede prevenir o minimizar el grado de severidad de la disfagia. Además, un buen posicionamiento enlentece/previene la evolución de las deformidades músculo-esquelética y predispone a una respiración más fisiológica.

 

Las demás técnicas de fisioterapia pueden ser activas o pasivas, en función de si el/la niño/a es colaborador/a o no. Indistintamente del tipo de técnicas, es importante remarcar que se basan en la cantidad de aire que se inhala o exhala, y la velocidad a la que este aire es inhalado o exhalado. Técnicas en las que se inhalen grandes cantidades de aire a baja velocidad, aumentarán la ventilación (la llegada del aire) en las zonas más profundas de los pulmones. Si la exhalación también es lenta, se arrastra el aire desde estas zonas más profundas y, con ello, los mocos se desplazarán hasta vías más proximales o altas. Si se exhala mucho aire a gran velocidad, se arrastrarán los mocos de las zonas más proximales y se movilizará poca cantidad de aire. Por lo tanto, en función de la auscultación se elijan unas técnicas u otras.

 

Lavados nasales: son muy recomendables si no hay alguna contraindicación relacionada con la disfagia. Los lavados nasales “limpian” la nariz, facilitando la entrada natural del aire por la misma (calienta y humidifica el aire), reduciendo el riesgo del goteo de mocos en la faringe-laringe, sobre todo cuando están tumbados, y la aparición de otitis y conjuntivitis.

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